martes, agosto 05, 2008

“La cara como bigornia”

El miércoles, cerca del cierre de la edición del diario donde trabajo en La Plata, uno de mis compañeros de redacción se levantó y se fue al patio, puteando.
Es que, platense él, había escuchado al ex intendente Julio Alak, quien gobernó su ciudad por 16 años y ahora se hará cargo de la gerencia de Aerolíneas Argentinas, criticar el “feroz proceso de privatización operado en los 90”.
Yo hubiera hecho lo mismo, pero eran más de las 10 de la noche y quedaba mucho por hacer.
Escuchar a Alak, menemista furioso durante toda su carrera política, decir tan sueltamente que en los 90 “otros” habían privatizado mal los activos del estado es, perdonen la expresión, vomitivo.
Y vuelve a demostrarnos el poco problema que tiene la clase política de sacarse de encima su pasado sin el más mínimo problema. O, en palabras de mi colega: “tienen la cara como bigornia”.
Alak, intendente desde 1991 hasta 2007, apoyó firme y fielmente al ex presidente Carlos Menem, el padre de la criatura privatizadora. Incluso en 2003, cuando ya muchos (o casi todos) se habían despegado del riojano, coqueteó hasta el último momento para formar parte de su séquito, en lo que pensó, era el retorno del “noventismo” en el país.
Pero el miércoles, frente a las cámaras al “turco”, -como se lo conoce en el ámbito político- se olvidó de todo esto y pretendió que todo el mundo lo hiciera, apoyado en la impunidad mediática que tienen gran parte de los dirigentes de este país, que insultan a la ciudadanía en cada una de sus intervenciones cuando quieren mirar hacia atrás y borrarse de la foto del menemismo.
Pero el punto de la cuestión es que el ex intendente, quien en toda su gestión –repito, 16 años- no pudo organizar el transporte público platense de manera que alguien lograra llegar a su casa en menos de una hora, maneja los destinos de la línea de bandera del país. Empresa cuya privatización apoyó fervorosamente, al igual que ahora lo hace con la reestatización.
Intentar despegarse de las figuras más lamentables de nuestro país es una constante en la dirigencia política actual, que nunca pensó en pedir perdón o realizar una autocrítica, sino sólo en dar vuelta la página y seguir camino como si nada.
Y esta actitud ha sido avalada en cada una de las elecciones por la mayoría de la población –autocrítica aparte-, ya que acompañamos un proceso de “modernización política” integrado por todos los dinosaurios del Conurbano y cuanto menemista y duhaldista quiso sumarse.
La memoria a corto plazo de la clase política, que en realidad no se trata de otra cosa que de una omisión maliciosa de un pasado que los condena, es cada vez mayor: llega al punto de que en la semana, el diputado y piquetero oficialista, Edgardo Depetri, habló, para castigar al gobernador de Córdoba, de cómo “le robaron la elección a Luis Juez”. (???????).
¿No ha sido, acaso, el propio oficialismo, quien apoyó a Schiaretti en las últimas elecciones cordobesas, en perjuicio de la línea de Juez?
Ya hemos dicho en este espacio que era imposible poder hablar con un dirigente sin evitar pensar que sus actuales argumentos a favor de un Gobierno y un modelo fueron usados en otra época para defender aquello que hoy critican.
Pero gracias a la magia de los publicistas y maquilladores, durante las campañas electorales podemos olvidarnos de esto, y acompañar procesos “progresistas” liderados por los reaccionarios de ayer. Por eso, para el 2011, aporto una sugererncia: si se presenta, acompañemos todos a Menem. Si total…

1 comentario:

Luis Mena dijo...

¿Hay memoria en la Argentina?
(Perdón, ¿hay neuronas en la Argentina?)