sábado, diciembre 29, 2007

¡Salud!

Se termina el año y lo mejor que podemos hacer en esta fecha es brindar. Brindar por aquello que más queremos, y expresar nuestros deseos de que las cosas mejoren, aunque más no sea, un poquito.
Por eso hoy me voy a dedicar a levantar la copa por todo lo que vale la pena.
Brindo por aquellos que, sin cámaras, pelearon todo el año para mejorar desde sus lugares la vida de mucha gente, no por aquellos que quisieron mejorar la suya por sobre las necesidades de los otros.
Brindo por los que entendieron que organizándose en comunidad podían hacerle frente a una empresa multinacional y a un país entero, no por aquellos que por temor, indecisión y cálculo electoral se cruzaron de brazos.
Brindo por los que trabajaron día a día para llevar el pan a su casa, no por aquellos que, explotando esas necesidades, especularon con los precios.
Brindo por los organismos transparentes, que decidieron abrir sus puertas al control ciudadano, no por los que emplean dibujantes en lugar de técnicos, cuyos resultados son un secreto de Estado guardado celosamente.
Brindo por los hombres y mujeres que con sus comedores le solucionan un poco la vida a millones de argentinos, no por los punteros que se cagan en las necesidades de la comunidad.
Brindo por los curas que dan misa en alpargatas, no por los curas con picana.
Brindo por un Estado incluyente, del que todos seamos partícipes, no por aquellos que por unos votos se creen los dueños de nuestro destino.
Brindo por los funcionarios honestos, que trabajan a conciencia por el mandato que asumieron, no por los que se venden por algunas monedas.
Brindo por un periodismo comprometido con la realidad social, no por aquel que se deja seducir por el poder.
Brindo por la gente alegre, que cumple su deber con ganas, no por los políticos con cara de culo que se piensan que de esa manera transmiten más seriedad.
Brindo por los maestros y profesores que no trabajan a “reglamento”, no por los que se olvidan que tratan con personas en formación.
Brindo por los líderes que entienden que la unión más allá de las diferencias es primordial, no por los sectarios que creen que todo es “a matar o morir”.
Brindo por todo lo bueno que nos da la vida, para que sepamos tomarlo con más calma, responsabilidad y seriedad.
Brindo hasta el hartazgo por las Madres, las Abuelas y los Hijos, y pido que los genocidas tengan una larga vida en la cárcel.
Levantemos las copas y brindemos. ¡Salud! y Feliz Año Nuevo.