lunes, noviembre 26, 2007

Miente, miente

No podía faltar, alguien en algún momento iba a decirlo. Siempre, antes o después de un proceso electoral, se realiza esa comparación.
En este caso corrió por parte del ARI, más específicamente del diputado provincial Horacio Piemonte: al referirse a las críticas hacia Carrió apeló (viejo recurso de golpe bajo) al nazismo. Dijo que aquellos que critican a la líder política se parecen al ministro de Propaganda Nazi, Joseph Goebbels, a quien se le atribuye la famosa frase “miente, miente, que algo quedará”.
Las comparaciones con un régimen político que asesinó a millones de personas, en cualquier caso que se tomen, son odiosas. Y nunca fallan en estas instancias.
Ahora bien, ya que la idea fue instalada, usémosla.
Se ha visto en los últimos años cierto apego de la clase política para utilizar este tipo de recurso: el lanzamiento de acusaciones infundadas, el anuncio de obras faraónicas y los elogios a gestiones indefendibles son sólo algunos ejemplos. Y esto se ve apoyado por la costumbre periodística de levantar esas declaraciones sin ningún tipo de investigación previa, y dejar luego que a las palabras se las lleve el viento.
La clase política parece estar en una sintonía diferente que la del resto de la población: 0,8 por ciento de inflación mensual, niveles bajísimos de pobreza, elecciones exitosísimas en las que se abstiene más del 20 por ciento del padrón.
Vivimos en una Argentina virtual, la mostrada por los medios, aquella en la que el mayor drama parece girar en torno del jurado de bailando, cantando y patinando por un sueño. Si esto no es una mentira, por lo menos llamémoslo ocultamiento de la realidad.
La presidenta electa habla de la nueva política y en las últimas elecciones apoyó en algunos distritos del conurbano a tres o cuatro candidatos simultáneamente; el gobernador bonaerense se felicita televisivamente por su “gran gestión”, y ahora resulta que su sucesor (del mismo partido que él) se encuentra con un rojo fiscal de 3.500 millones de pesos; Julio López lleva 14 meses desaparecido y ya nadie habla de él; en las cárceles bonaerenses se violan todos los derechos humanos, pero éstos quedaron olvidados en los 70...
A pesar de que este gobierno ha atacado a la prensa como ninguno, necesita de ese sector para poder reflejar algunos “oasis” mediáticos, para que en la población se genere una sensación de bienestar que, bien mirada, no es tal.
Estamos frente a la política de los anuncios. Basta con que una obra sea anunciada a través de los diarios para que se piense que la misma ya se realizó. En el imaginario colectivo queda grabada esa imagen y no otra. Después, claro, ningún medio se preocupa por preguntarse si se terminó realmente.
Hay mentiras que han calado hondo en nuestra sociedad, y sería largo y engorroso citarlas aquí. Mentiras que nos convencieron de los beneficios del 1 a 1, que nos hablaron de “nueva política” o del milagro del biodiesel que convertirá los campos argentinos en plantas de producción de combustibles.
Habrá que estar más atentos en el futuro, a ver si todavía Goebbels tenía razón