martes, junio 03, 2008

Pobres Pobres

Otra vez los números. De nuevo porcentajes y subporcentajes; discusiones infructuosas sobre un 0,01 por mil de más o de menos sobre el registro de la pobreza.
Como pasa con la inflación, como ya lo hablamos algún domingo, nuevamente la pelea por los “números” de la pobreza encubre el principal problema: la pobreza misma.
Hablar de un 10, un 12 o un 25 por ciento de pobreza es completamente insignificante respecto del problema central que queremos graficar.
Detrás de la “frialdad de los números” hay gente; personas que no pueden llevar todos los días un plato de comida a su casa; familias desmembradas a causa de ello; desnutrición; trabajo infantil; deserción escolar...
Entrar en la discusión del Gobierno acerca de las cifras mentirosas del Indec es dejar de lado todo aquello que trae consigo la pobreza. ¿Acaso alguno de nosotros lo pensó así en algún momento? ¿O simplemente discutimos de números, de matemáticas?
Semejante abstracción numérica le quita humanidad al problema, lo transforma en un mero dato para discutir, una nueva excusa para hablar sobre el Indec. Cada punto porcentual de pobreza son miles y miles de personas que sufren, personas como nosotros.
Es gracioso pensar que existe un “límite oficial” de la pobreza, un número impuesto por el Indec, en base a sus vergonzosas mediciones de inflación, que establece que desde un punto determinado (poco más de 900 pesos, hoy) uno es pobre.
El que gana 901 pesos está salvado, no es “pobre” y puede quedarse tranquilo.
¿Puede quedarse tranquilo?
La pobreza no es una cuestión de números, es un problema social estructural, que se transmite de generación en generación en muchos casos, un problema que requiere soluciones sumarísimas y que no puede esperar los tiempos del Gobierno, ultrarrápido para captar las “ganancias extraordinarias” de los sectores más favorecidos, pero lento, muy lento, para “redistribuirlas” en la sociedad.
Y nuevamente con esto se pone sobre la mesa la discusión acerca del carácter redistribucionista del proyecto kirchnerista: ¿cómo se explica que, a un promedio del 9 por ciento anual de crecimiento, haya más pobres?
Aviso para la pseudo intelectualidad de aquí y de allá: más crecimiento y más pobreza significan únicamente que existe en la actualidad una extraordinaria fuga de capitales hacia los sectores más ricos de la sociedad, y no al revés, como este Gobierno “progresista”, conformado en un ciento por ciento (ya que hablamos de números) por ex funcionarios “neoliberales” de los 90, intenta demostrar.
¿O acaso se piensan que sólo con las retenciones se puede hablar de “redistribución”? Es imposible pensar en esta “utopía” mientras el 70 por ciento más pobre de la sociedad tenga la mayor carga tributaria (el IVA) y al resto ni se le haga cosquillas. Las retenciones no sirven ni servirán nunca si antes no existe un plan fiscal global: es decir, que se pueda pensar en “retener” las ganancias extraordinarias de un sector, pero a la vez, tener en claro hacia donde dirigir esos recursos (y no vale decir: “a la caja del Gobierno”).
Con decir la palabra mágica “hay menos pobres en esta Argentina”, no se le solucionan los problemas a nadie. Tampoco se hará, obviamente, denunciando la manipulación de datos.
No pensemos en números, pensemos en caras, individualicemos esos porcentajes, transformémoslos en personas, en situaciones. No entremos en este mareo estadístico del Gobierno, que vacía los problemas y los abstrae, los desvía hacia cualquier otra parte. Que de los números se encargue Paenza, y el Gobierno, por una buena vez seriamente, de los pobres.