miércoles, abril 23, 2008

Cortinas de humo

Mucho humo en la ciudad, pero más humo en los medios. Un humo infernal, diabólico, más perjudicial que el paro del campo y el desabastecimiento; peor que el discurso de Cristina.
Un humo que tapa todo, lo que se quiere ver y lo que no, las cosas más evidentes y las más ocultas. Llamativamente, el humo tapó, incluso, a su propia fuente: es decir, al fuego que lo provocó. Se habla más del humo en Capital Federal que de las 60 mil hectáreas que se están quemando en el Delta, y de los instigadores de ese fuego.
La cortina de humo que se generó esta semana alcanzó la escena pública, y de un plumazo borró todos los problemas de los argentinos, menos los respiratorios, claro.
El humo tapó las incoherencias que comienzan a presentar entre sí los representantes de las entidades del campo, que tras el levantamiento del paro, se entiende cada vez menos su postura, demasiado tecnicista quizás, o tal vez muy histérica.
Entre la neblina negra no se pudo notar el tímido acercamiento de Luciano Miguens, titular de la Sociedad Rural Argentina, a las posiciones del Gobierno, ni como él, hombre acostumbrado a mimarse con el poder, comienza a guiñarle el ojo a la presidente, olvidándose de su corta época de “dirigente combativo”.
Obviamente, el humo tapó ese acercamiento, por suerte para el Gobierno, que tanto criticó al ruralista representante de la “infame oligarquía”.
Pero el humo no tapó sólo las cosas evidentes, sino las que ya estaban escondidas, como el manejo oculto de Néstor Kirchner de las alternativas políticas, o su marcha hacia la recomposición del PJ “mafioso” que su mujer criticó durante la campaña del 2005.
¡Qué suerte que el humo tapó a los Mércuri, Otahacé, Alak, Pereyra, Díaz Bancalari, Zúcaro, integrantes de la “cossa nostra” duhaldista, que ahora abrazan con fervor la causa kirchnerista, ya curados de su tendencia mafiosa, transformados, por el solo hecho de apoyar al matrimonio K, en paladines de la democracia, integrantes de un “gobierno nacional y popular”!
La inflación también quedó atrapada entre las tinieblas, y la única medición que valió la pena difundir fue las partículas por millón de dióxido de carbono en el aire, y su acercamiento a niveles peligrosos.
Lástima que el nuevo tema de conversación surgió en paralelo a los datos difundidos por Consumidores Libres, entidad liderada por el ex diputado socialista Héctor Polino, que da cuenta de una inflación, en lo que va del año, del 14 por ciento, con una suba de 4 puntos sólo en los primeros 12 días de abril.
Esta vez, Moreno no tuvo que hacer nada, el humo le ahorró el trabajo. Aunque se estima que cuando la situación se vuelva intolerable se dirigirá, intespectivo como siempre, tan guardián de la democracia, hacia las oficinas medioambientales para reclamarles que, por el bien del país, bajen los niveles de toxicidad, aunque más no sea en los números.
Pero la oposición tan bien se perdió en la humareda, quizás en una más tóxica de la que conocimos nosotros. Eso es la sensación que dió, por lo menos, escuchar a Carrió prometer cosas para “cuando sea presidenta”.
Habría que explicarle a la doctora que las últimas elecciones presidenciales fueron hace cuatro meses, y que todavía, según dictamina la Constitución, falta un largo tramo para otro proceso de similares características, incluidas unas elecciones legislativas en el medio.
Humo, mucho humo. Más humo, por favor. Perdámonos en esta neblina y escapemos de la realidad. No pensemos en el campo, ni en el precio de la soja, de la carne o el pan. No pensemos en nada.